Hace ya algún tiempo tuve la oportunidad de enseñar sobre el progreso de un creyente, esto para corregir la idea errada que tiene la gente acerca de la conversión del hombre al cristianismo, y es que esto de la conversión del ser humano no es cosa de magia.
No es como que recibes al señor y lees la biblia y ya con eso estás lleno del espíritu santo.
Ni tampoco porque tengas el espíritu santo ya uno lo sabe todo, no, esto no es así.
El Señor comparaba todo este proceso como un nacimiento de nuevo, es decir un nuevo bebé en Cristo. Y ¿qué es lo que uno hace con un bebé? Pues como en este caso es un recién nacido espiritualmente hablando, pues lo alimentamos espiritualmente.
Un niño en Cristo es todo aquel que está en un proceso de madurez, aún no es capaz de acomodar lo espiritual a lo espiritual y lo terrenal a lo terrena. 1 Corintios 2:13
El proceso del creyente se va dando conforme el tiempo que uno pasa en el Señor, el Espíritu Santo es una ayuda indispensable pero él tampoco va a hacer nuestro trabajo. Permítanme poner un ejemplo: Entre el apóstol Pablo y Bernabé tuvieron una discusión no pequeña que los dividió por un tiempo. ¿Por cuánto tiempo? Hasta que maduraron y pudieron arreglar sus diferencias para poder continuar juntos en el ministerio. Hechos 15:37-39, 2 Timoteo 4:11
El nuevo creyente está comenzando a ejercitarse en el discernimiento del bien y del mal, este proceso no es nada fácil. Está uno tan habituado en la vana manera de vivir que uno llevaba, que cuesta trabajo manifestar la nueva vida. Hebreos 5:14
No importa que tan lleno estes del del espíritu santo, la iglesia de Corinto era una iglesia con muchos dones espirituales pero con un comportamiento bastante carnal. 1 Corintios 3:1 El punto de todos estos ejemplos es de que uno alcance también la madurez para poder comprender a los niños en Cristo. Nosotros somo sus ayos, 1 Corintios 4:15 debemos de estar aquí para ayudarlos y enseñarles todos los primeros rudimentos de la palabra de Dios. Hebreos 5:12
Dios nos puso para que seamos niñeras de todos ellos y nuestro trabajo debe de ser de una niñera fiel, que cuida, enseña y exhorta a los hijos, y no que critica, condena y juzga.
Este trabajo de niñeras o ayos no es nada fácil, es complicado como cualquier otra niñera, debemos de ser pacientes, como cuando derraman la leche sobre la mesa, así se habrá de equivocar más de algún hijo de Dios. Gálatas 4:19 Debemos aprender a amar de todo corazón a los hijos de Dios, pues se tratan de hijos y hermanos de nuestro Señor, este es un compromiso por el que hemos de dar cuentas. Romanos 14:10
Imagínate que por ese que quizá hoy menosprecias, Jesús nuestro Señor dió su vida por él y te lo encargo a ti.
No sé si tú eres un recién nacido, o quizá ya tengas la madurez de convertirte en tutor(a) de uno de estos niños, pero si no eres un recién nacido, pero tampoco no cuidas a ninguno de estos niños por ser de Cristo. estas metido en un serio problema. Mateo 25:45
Pero si lo estas haciendo por uno de estos pequeños grande será tu galardón, pues escrito esta: Mateo 25:40
Yo no me considero un pastor, pues el Pastor es Cristo. Yo más bien me considero como el perro que va con el pastor cuidando que las ovejas no se descarrilen. Pero el pastor es Cristo y su collado el Espíritu Santo.
Los declaro bendecidos para bendecir.
Introduccuón
Todas las cápsulas aquí publicadas, no necesariamente reflejan las enseñanzas o doctrina del sistema tradicional religioso.
Y están escritas para la meditación y exhortación de quienes la reciben.
No es nuestra intención herir o lastimar por medio de la palabra, cualquier parentesco o similitud de alguien o algún suceso que Ud. o alguien esté pasando en el momento, es pura coincidencia, casualidad o que Cristo le esté hablando; llámese como lo quiera llamar, esperamos poder aportar por medio de Jesucristo algo bueno a su vida espiritual.
A todos los de la fe, los declaramos Bendeci2. Gt.3:9